Oda al aburrimiento
En tiempos de confinamiento, todo el mundo habla de ser productivo. Multitud de bloggers y youtubers nos dan cada día nuevo contenido bajo el hashgtag #quédateencasa. “Cosas productivas para no aburrirte durante la cuarenta”, “100 cosas que hacer en cuarentena”, “cómo entretenerse en tiempos de cuarentena”… Lee, haz deporte, cocina, crea rutinas, aprovecha para hacer cursos online, aprovecha, aprovecha, aprovecha. ¿Qué tenemos que aprovechar exactamente? ¿Por qué esa obsesión con ser productivos?
Porque no, no estamos de vacaciones, pero en este nuevo mundo sin atascos, también es lícito pisar el freno. Porque el virus de la prisa también nos merma los sentidos, y la dolce far niente es síntoma de salud.
Así es. Según numerosos estudios del campo de la neurología, el aburrimiento es sano. Parece ser que la “no actividad” potencia la capacidad cerebral y estimula la creatividad.
En este sentido, la psicóloga Sandi Mann nos habla en su libro The upside of downtime: Why boredom is good, de la importancia del aburrimiento, afirmando que aburrirse puede ser el motor para la diversión, la reflexión y la inspiración. Para conseguir este aburrimiento creativo, debemos alejarnos de estímulos artificiales y desconectar evitando, entre otras cosas, la dependencia tecnológica.
¿Te has dado cuenta de que muchas de nuestras mejores ideas vienen cuando estamos ociosos? Cuando vamos a dormir, estamos en la ducha, dando un paseo, o cuando vamos viajando en el coche. Es en estos momentos, cuando nuestra mente queda en silencio y comienza a divagar. Normalmente, cuando percibimos que nuestra mente ha dejado de estar ocupada, rellenamos estos silencios con pequeñas distracciones como mirar redes sociales, leer correos o mirar internet.
En lugar de hacer esto, Mann sugiere programar momentos para soñar despiertos, o para realizar actividades en las que tu mente sea capaz de divagar sin distracciones electrónicas.
Así que sí, aprovecha. Aprovecha para romper horarios, para pensar en las musarañas, para aburrirte y para soñar que, como dijo José Bergamín, “El aburrimiento de la ostra produce perlas”.